El ejercicio de barrido corporal es un estupendo método de relajación y al mismo tiempo una excelente manera de iniciarse en la meditación mindfulness. Se trata de prestar atención a la respiración, para después ir recorriendo poco a poco todo el cuerpo con la atención, notando cada parte y las sensaciones –o falta de ellas- que entren en la consciencia.
El efecto de calma y bienestar puede apreciarse de forma inmediata, aunque es importante realizar el ejercicio con regularidad para que los resultados se extiendan también a otras actividades del día.
La práctica regular de este ejercicio potencia también la capacidad de introspección, la conexión con el cuerpo y la atención al momento presente, aspectos fundamentales de la práctica meditativa.
Se recomienda realizar este ejercicio tumbado en el suelo sobre una esterilla y tapado con una manta. Si te duermes al realizarlo, lo que no suele ser infrecuente, puedes probar a hacerlo sentado, manteniendo la espalda recta. (A no ser, claro, que la principal motivación sea que te ayude a dormirte).
Es importante no forzar la respiración y mantener una actitud de curiosidad y aceptación hacia nuestro cuerpo y las sensaciones que se puedan producir. Si se producen distracciones, lo que es totalmente normal, simplemente reconducimos nuestra atención al cuerpo, con suavidad y sin juzgarnos.