El Estrés y su Reducción con Mindfulness
¿Qué es el estrés?
El estrés es una de las principales causas de malestar en nuestra cultura, pudiendo llegar a producir un gran número de trastornos físicos y mentales. Por eso es importante conocer sus efectos y aprender a mantenerlo a raya.
Inicialmente lo que llamamos estrés se produce como el resultado de una reacción fisiológica instintiva necesaria para la supervivencia, que tenemos en común con otros animales. Sin embargo la vida moderna crea condiciones en las que el estrés se acumula con facilidad y pocas ocasiones en las que poder recuperar el equilibrio.
Cómo se produce el estrés
Cuando se percibe una amenaza se produce una rápida activación del organismo, la llamada “respuesta de ataque o huida”, cuya finalidad es maximizar las posibilidades de supervivencia en una situación de peligro. La liberación de distintas hormonas como la adrenalina y el cortisol, producen entre otros cambios la aceleración de la tasa cardiaca y el incremento de la respiración. Los músculos se preparan para trabajar al máximo y los sentidos se agudizan, preparando al cuerpo para actuar con rapidez. En el caso de que se produzca el ataque o la huida, la acción realizada produce un gasto de energía que facilita el volver a los niveles normales de activación una vez pasado el peligro.
El problema del hombre moderno
Nuestros antepasados vivían en contacto con la naturaleza y tenían que enfrentarse a peligros de carácter físico inmediato, como el ataque de un depredador. Sin embargo las condiciones de vida del hombre moderno han cambiado, al tiempo que mantenemos los mismos instintos. La respuesta de estrés se sigue activando ante la percepción de distintas amenazas, pero en raras ocasiones se requiere una respuesta física de ataque o huida. Por tanto el cuerpo sufre una activación que lo prepara para una actividad física que luego no se llega a realizar, por lo que se dificulta el poder volver al estado normal de activación.
Además el pensamiento, muy desarrollado en los seres humanos, juega un papel clave en los problemas de estrés. La mente tiene la capacidad de imaginar lo que puede suceder y de anticiparse a la posibilidad de futuros peligros. Esto puede dar lugar a pensamientos repetitivos, que en sí mismos desencadenan el estrés y lo mantienen aunque no haya un peligro inmediato o real, impidiendo que el cuerpo se recupere. A todo esto se puede unir una vida sobrecargada de tareas, la propia auto exigencia, y a menudo poco tiempo para el ejercicio física, descansar y relajarnos.
Todos estos factores contribuyen al mantenimiento del estrés a lo largo del tiempo y la falta de recuperación. Esto, a la larga, termina produciendo un desgaste. Como consecuencia se pueden producir un gran número de dolencias físicas (problemas cardiovasculares y digestivos, diabetes, hipertensión, entre otras muchas) y mentales (depresión, ansiedad, ideas obsesivas…).
Entrenar la atención para vivir en el momento presente
Además de la importancia de factores como el ejercicio físico y el descanso, aprender a reducir la tendencia de la mente a preocuparse y anticipar peligros es esencial para combatir el estrés.
Es por esto que una de las mejores estrategias para reducir el estrés es aprender a mantener la mente en el momento presente para no saturarnos, aprendiendo a ocuparnos de cada cosa en su momento. Con esto también se controla la ansiedad producida por la tendencia de la mente a imaginar posibles peligros futuros.