Sistemas de la Familia Interna (IFS)
¿Qué es la Terapia de Sistemas de la Familia Interna (IFS)?
La Terapia de Sistemas de la Familia Interna o IFS (Internal Family Systems en inglés) es un enfoque psicoterapéutico desarrollado por Richard Schwartz en los años 80. En los últimos años esta terapia está adquiriendo popularidad debido a su eficacia y originalidad. Parte de la idea de que la mente no es una unidad, sino que está compuesta de diferentes “partes” o sub personalidades, cada una con sus propias emociones, creencias y comportamientos. Normalmente estas partes coexisten en armonía dentro de cada persona, cada una con su función y necesidades. El problema es que a veces adquieren roles extremos o cargan con dolor y creencias limitantes. Es entonces cuando pueden entrar en conflicto, generando malestar emocional.
A diferencia de otros enfoques terapéuticos que buscan eliminar o cambiar ciertos aspectos de la psique, IFS considera que todas las partes son necesarias. Se trata de ayudarlas a equilibrar sus roles y a sanar el malestar, para así integrarse y armonizarse en el conjunto de la psique. Por tanto este modelo terapéutico está basado en la aceptación y la compasión. Un concepto clave es que todos tenemos un “Yo interno” o “Yo esencial” (el “Self” en inglés), con cualidades como la calma, la paciencia, la claridad, la autocompasión,…y la idea de que es posible acceder a él.
Principios fundamentales de la terapia de Sistemas de la Familia Interna (IFS)
El enfoque IFS parte de varios principios clave. En primer lugar, se basa en que todos tenemos una serie de “partes” que componen nuestra personalidad. Estas partes pueden dividirse en tres categorías: los protectores, que actúan para evitar el dolor (por ejemplo, impulsando conductas defensivas), los exiliados, que cargan emociones difíciles como tristeza o miedo, y los bomberos, que tratan de sofocar estas emociones con comportamientos compulsivos o destructivos.
El “Yo esencial” representa la capacidad innata que todos tenemos de liderar nuestras vidas desde un lugar de calma, compasión y sabiduría. Según IFS, cuando este Yo esencial toma el control, las partes pueden aprender a funcionar en nuestra mente de manera armónica. El proceso terapéutico en IFS implica dialogar con estas partes, escucharlas y ayudarlas a liberar la carga emocional que llevan. A través de este diálogo, la persona aprende a liderar desde su Yo esencial, restaurando el equilibrio y promoviendo la sanación interna.
Otro rasgo distintivo de la terapia de los Sistemas de la Familia Interna IFS es la afirmación de que no hay “partes malas” y que todas la partes en el fondo tienen una intención positiva, aunque a veces nos causen malestar y sufrimiento. Aunque esto sea difícil de entender inicialmente, en realidad aún las partes más problemáticas actúan desde la intención de protegernos y evitar lo que ellas entienden como males mayores.
No hay que confundir la idea de que la mente es un conjunto de partes o sub personalidades, lo que en IFS se considera normal, con el trastorno de personalidad múltiple. Esta es una situación grave que implica disociación extrema y falta de conciencia de una situación a otra.
Cómo funciona una sesión de terapia IFS
La terapia IFS implica un proceso en el que se guía al paciente a identificar, escuchar y entender las diferentes partes de sí mismo. Este proceso ayuda a la persona a comprender el origen de sus emociones y comportamientos, descubrir alternativas, y sanar partes con malestar, pudiendo responder de manera más consciente y equilibrada. A modo de resumen estos podrían ser los pasos en una sesión de IFS, aunque a veces el llegar a las partes heridas puede requerir un numero de sesiones, dependiendo de la persona y sus circunstancias.
- Introducción y conexión: La sesión comienza con estableciendo un ambiente seguro y de confianza. Se revisan los temas o preocupaciones que el paciente quiere abordar.
- Identificación de partes: Se ayuda al paciente a identificar sus diferentes partes internas. Esto puede implicar preguntar sobre emociones, pensamientos o sensaciones que surgen en relación con un problema específico.
- Diálogo con las partes: Una vez identificadas, el paciente puede ser guiado para interactuar con esas partes. Esto puede incluir escuchar lo que tienen que decir, comprender sus necesidades y motivaciones, y explorar sus historias.
- Reconocimiento del Self: Se fomenta la conexión del paciente con su “Self” (la parte central, sabia y compasiva). Esta conexión es fundamental para abordar las partes desde un lugar de amor y entendimiento.
- Sanación y reestructuración: Se trabaja en la sanación de las partes heridas y se ayuda a las partes protectoras a entender que pueden soltar su papel sin necesidad de seguir protegiendo de esa manera.
- Cierre y reflexión: Al final de la sesión, se reflexiona sobre lo aprendido, las emociones experimentadas y los pasos a seguir. El paciente puede recibir tareas o reflexiones para la próxima sesión.
Es importante recalcar que es un proceso muy respetuoso, en el que se cuida que la persona no se sienta desbordada ni sobrepasada por sus emociones. De hecho muchas veces las personas salen con sensación de alivio al liberarse emociones que llevaban tiempo necesitando ser atendidas.
Beneficios de la terapia IFS: Un enfoque integrador para el bienestar emocional
Uno de los aspectos destacados de IFS es la facilidad y rapidez con la que se logran avances. A diferencia de otros enfoques que pueden requerir mucho tiempo para llegar a las raíces del problema, IFS facilita un acceso más directo a las causas subyacentes del malestar. Además, se trata de un enfoque colaborativo, con lo que no sólo hay beneficios por haber avances más rápidos, sino que también resulta más empoderador y atractivo. Cuando se notan mejoras significativas en menos tiempo, aumenta la motivación para continuar el proceso terapéutico.
La terapia IFS es muy respetuosa, por lo que permite a las personas identificar y resolver las dificultades a su propio ritmo, manteniendo una sensación de control. Uno de los rasgos distintivos de este enfoque es la existencia de un Yo esencial sabio y compasivo. El acceder a este Yo esencial permite acercarse a los conflictos internos con compasión y curiosidad, en lugar de juzgarse o intentar reprimir el malestar. De esta manera se puede acceder en profundidad para tratar situaciones difíciles, como por ejemplo traumas del desarrollo o abuso emocional o físico.
Otro beneficio es que al hablar de distintas partes es más fácil abordar algunas situaciones como la agresividad, la autocrítica, el perfeccionismo extremo… o situaciones de gran confusión o conflicto interno. También cuando nos sentimos atrapados en comportamientos que sabemos son perjudiciales, como la agresividad, la autocrítica, el perfeccionismo extremo….y aún así nos sentimos impotentes para cambiar esas conductas, incluso cuando reconocemos el daño que están causando.
Casos comunes donde la terapia IFS es altamente efectiva
La Terapia de Sistemas de Familia Interna (IFS) es especialmente efectiva cuando hay conflictos internos o problemas emocionales. Algunos de los casos más comunes en los que la IFS ha mostrado ser útil incluyen:
- Trauma y abuso: Ayuda a trabajar con partes heridas y traumatizadas, reconociendo cómo estas partes pueden haber adoptado roles protectores o reactivos.
- Ansiedad y depresión: Al trabajar con partes internas que pueden estar vinculadas a pensamientos y emociones negativas, se puede aliviar la ansiedad y la depresión, brindando una mayor comprensión y compasión hacia uno mismo.
- Problemas de autoestima: IFS permite identificar y transformar las creencias limitantes que ciertas partes internas pueden tener sobre uno mismo, promoviendo una mayor autoaceptación.
- Relaciones interpersonales: Facilita la comprensión de los conflictos internos que pueden influir en la dinámica de las relaciones. Ayuda a ser más conscientes de patrones y comportamientos dañinos, con lo que surgen otras opciones.
- Hábitos autodestructivos: Ayuda a identificar y trabajar con partes que se sienten impulsadas a comportamientos autodestructivos, revelando los motivos subyacentes y promoviendo un cambio desde el cuidado y el entendimiento interno.
- Estrés postraumático: IFS es muy efectivo en la gestión de los síntomas de TEPT (Trastorno de Estrés Post Traumático), al acceder a partes heridas y brindarles atención desde una perspectiva de cuidado y compasión.
- Toma de decisiones: IFS resulta increíblemente útil cuando uno se encuentra atrapado en una decisión difícil. A menudo, dos o más partes partes entran en conflicto: por ejemplo, una parte desea continuar con una relación por apego emocional, mientras que otra parte reconoce que la relación es dañina y debería dejarse.
Conclusión: El impacto transformador de IFS en la salud emocional
Una de las características más poderosas del enfoque IFS es que, a medida que avanza el proceso terapéutico, se van adquiriendo las herramientas necesarias para gestionar las dificultades de manera autónoma. Esto significa que, con algún tiempo, es posible aplicar por uno mismo el modelo IFS entre sesiones y, al final, sin la necesidad de un terapeuta.
Esta capacidad de auto indagación y auto apoyo es especialmente beneficiosa. Cuando uno aprende a utilizar IFS en su vida diaria se gestionan mejor las emociones, se reduce el conflicto interno y se mejorar el bienestar general. Esto no solo proporciona una mayor autonomía, sino que también ayuda a prevenir recaídas en comportamientos o patrones emocionales disfuncionales.
En definitiva, la Terapia de Sistemas de la Familia Interna (IFS) es un enfoque transformador que está ayudando a muchas personas a reducir el malestar y los patrones de comportamiento nocivos. Al trabajar con las diferentes partes que componen nuestra psique, IFS permite también gestionar las emociones de manera más efectiva. Desde mi experiencia como psicóloga, puedo afirmar que el impacto de IFS es profundo y duradero, permitiendo sanar y avanzar hacia un mayor bienestar y autonomía personal.